La pandemia expone y explota desigualdades de todo tipo...
LAS DESIGUALDADES SOCIALES EN MEDIO DE LA PANDEMIA.
La pandemia del coronavirus no llegó al mundo de igual manera, como sobre una tabula rasa, ni lo hizo de manera abstracta, como lo hubiera hecho en cualquier otro momento de la humanidad. Nos cayó luego de treinta años de la vigencia de un modelo económico que aumentó las desigualdades nacionales e internacionales, depredó la naturaleza, desmanteló los sistemas de seguridad social, privatizó los servicios de salud y educación, generó movimientos migratorios sin precedente, hizo precario el empleo formal y arrojó a la informalidad a la mayoría de la población económicamente activa en los países del Sur.
De esta manera, la afectación del virus sobre la población es diferenciada según se ubique dentro de la enorme desigualdad económica y social actualmente existente; con una minoría acomodada, pero también con millones de seres humanos en la pobreza o la miseria, otros desempleados, otros más con empleos y salarios precarios, o en condiciones apenas de sobrevivencia. Además, el desmantelamiento que hemos vivido del Estado de bienestar y de las políticas públicas de seguridad social hacen enormemente más difícil enfrentar el desafío de la enfermedad, que treinta o cuarenta años atrás.
En este mundo desigual, conflictivo y complejo, es indudable que la epidemia causará mayores estragos entre quienes menos tienen, entre los trabajadores y trabajadoras, las clases populares y, particularmente, entre la población migrante y entre quienes trabajan en la informalidad, que por supuesto afectará más en los países pobres. Tal es así que prontamente emergen datos de extensión del contagio mucho mayor en países como Haití o República Dominicana, naciones que, adicionalmente, tienen enormes carencias para atender adecuadamente a los y las enfermas.
En cuanto a nivel personal, mis padres cuentan con empleo y recursos para poder sobrevivir a esta pandemia, pero lastimosamente muchas personas se exponen para el sustento diario de sus familias y eso los gobiernos lo están ignorando, ya que deberían de ayudar a su propio pueblo y evitar la propagación de este virus.
¡Esto es trabajo de todos, ayudémonos mutuamente!
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